Por Vivi Benito / 24 de Agosto de 2012
RESISTENCIAS CONTRA LA IMPUNIDAD
¿Y LUCIANO?
Igual que a Julio López, a Luciano Arruga lo
desaparecieron en democracia -el 31 de enero de
2009- y la causa continúa impune. A pesar de la
falta de avances en la investigación y de las
amenazas, sus familiares, amigos y organismos de
Derechos Humanos no le aflojan a la lucha por la
justicia. Juntos lograron cerrar el destacamento
policial donde Luciano fue visto por última vez
y crear allí un espacio para la memoria y la
cultura. Conversamos con Vanesa Orieta, hermana
de Luciano, que estuvo en Rosario invitada por
los compañeros de la Casa de la Memoria.

Astu va y viene. Toca todo. Mira, descubre. Se
agarra de los pantalones, de las sillas, de las
paredes. Y se anima a dar los primeros pasos.
Juega y le abre los brazos al mundo.
“Astu significa pájaro de los andes en lengua
quechua”, me dice Vanesa, su mamá, mientras lo
alza y le da la teta, intentando que duerma un
rato, pero parece que tiene pilas de larga
duración, como todos los chicos.
En esta tarde de sábado, son muchas las sillas
de donde puede agarrarse y los brazos que lo
abrazan. Astu está acostumbrado a las reuniones,
a la murga, a las mamaderas compartidas. Su
familia lleva tres años y siete meses militando
y luchando para encontrar a su tío, Luciano
Arruga, y por reencontrarle el sentido a la
palabra justicia.
Luciano está desaparecido desde 2009.
Lo desaparecieron en democracia, como a Jorge
Julio López.
Tenía 16 años, vivía en un barrio pobre de Lomas
del Mirador, partido de La Matanza, Buenos
Aires. Fue visto por última vez la noche del 31
de enero de ese año, cuando "policías de la
Comisaría 8º lo subieron a un patrullero y lo
llevaron al destacamento", que había sido
inaugurado en el 2007 a partir de un pedido de
un grupo de vecinos nucleados en un foro de
seguridad.
Como ocurre con tantos jóvenes de zonas
marginales donde las políticas sociales no
llegan, o son insuficientes, desde chiquito vio
vulnerados varios de sus derechos, como la
educación. Tuvo que salir a empujar el carro
para comer y se le hizo difícil terminar la
escuela. De adolescente Luciano fue detenido
varias veces por “portación de cara”, padeció el
hostigamiento y persecución policial.
“En el 2008 mi hermano sufrió la primera
detención ilegal en el destacamento, el cual no
tenía espacio para tener detenidos, era una mera
base de operaciones de la comisaría 8º de Lomas
del Mirador. El 22 de septiembre estuvo
detenido, lo golpearon adelante mío y de mi
mamá. Mi hermano pedía por favor que lo
saquemos. En el 2009 a Luciano lo desaparecen de
este mismo lugar, por decirle que no a robar
para la policía”, me explica Vanesa, conociendo
en detalles estas situaciones criminales, que
según explica, continúan vigentes en el barrio.
Desde la desaparición de Luciano, toda su
familia, amigos, organismos de Derechos Humanos,
medios independientes y gente particular,
caminan en busca de justicia. Sosteniendo una
lucha desigual frente a poderes corporativos que
vienen haciendo lo posible para garantizar la
impunidad.
Vanesa habla pausado, tiene la mirada dulce y
una fortaleza admirable. Estuvo en Rosario el
sábado 11 de agosto, invitada por la Casa de la
Memoria para integrar el panel “Luchas y
Resistencias contra la violencia y la
impunidad”, en el que también participaron
representantes del Colectivo de Investigación y
Acción sobre los Jóvenes y el Poder Punitivo; y
Beto Olivares, miembro de la Liga Argentina por
los Derechos del Hombre y abogado de familiares
de víctimas del Triple Crimen de Villa Moreno.
IMPUNIDAD
“Llevamos tres años y siete meses luchando,
todavía se siguen sucediendo en Lomas del
Mirador, en especial en los barrios más pobres,
muchos hechos de violencia policial. A los pibes
los paran, los llevan detenidos, los siguen
golpeando. La policía ahora usa como lógica
decirles que van a terminar como Luciano,
entonces esto llega como mensaje a nosotros, a
los familiares y amigos. Es bochornoso y al
mismo tiempo es normal porque a tanto tiempo,
todavía en la causa no se ha hecho nada”,
asegura.
A lo largo de estos años la investigación se
topó con todo tipo de irregularidades y
connivencias. Al punto de que sigue caratulada
como “averiguación de paradero” y no como
“desaparición forzada”, como viene pidiendo la
querella. En la investigación se han denunciado
apremios ilegales por parte de la Policía
Bonaerense, acusada por hostigamiento hacia
Luciano Arruga, quien había sido detenido en
forma arbitraria antes de su desaparición. Los
agentes de la Bonaerense pasados a
disponibilidad por ser sospechosos en la causa,
hoy cumplen funciones en otras dependencias
policiales.
“Lo que denunciamos es la actitud del Ministerio
de Justicia y Seguridad, a cargo de Ricardo
Casal, de no sólo dejar que estos tipos sigan
libres, sino que trabajen en funciones. Desde el
aparato político consideramos que al menos
tendrían que haberlos desplazados de la fuerza
hasta que se aclaren las cosas. Siguen
trabajando en diferentes comisarías del partido
de La Matanza. Nos da miedo porque son los
responsables de torturar, de matar, de
desaparecer a un chico de 16 años. Nos siguen
amenazando a nosotros para que no sigamos
denunciando a la policía que fue la responsable
de hacer desaparecer a Luciano”, señala con
indignación, propagando lo más posible éste y
otros casos de Gatillo Facil, que no son noticia
para los grandes medios.
El último hecho de persecución y hostigamiento
sufrido por la familia, sucedió el viernes 3 de
agosto.
Ese día Mario (de 16 años), hermano de Luciano y
Vanesa, volvía en bicicleta de su trabajo,
cuando fue interceptado por dos personas que
iban en un auto de marca Fiat Duna sin patente.
“Le empiezan a hacer luces, se bajan dos
personas, una uniformada y otra de civil. Lo
paran, lo ponen contra la pared, le empiezan a
preguntar por un hecho que ocurrió en Lomas del
Mirador donde murió un policía. Le sacan su
celular, se lo revisan, como no encontraron
ninguna respuesta favorable a lo que esperaban,
le dan un cachetazo y lo dejan ir”, detalla
Vanesa, asustada habiendo ya realizado la
denuncia sin expectativas de que se esclarezca.
UN ESPACIO PARA LA MEMORIA
A esta altura de la conversación Astu ya se bajó
de los brazos de su mamá y sigue dando vueltas
por la Casa de la Memoria, que hoy está super
concurrida, entre mates y palabras que van y
vienen.
¿Qué pasó con el destacamento donde desapareció
Luciano?, le pregunto: “Gracias a la
organización y a la lucha de los familiares y
amigos, junto con organizaciones de Derechos
Humanos, partidos de Izquierda, medios
alternativos y personas solidarizadas con esta
causa, hemos logrado que el 28 de diciembre de
2011 se cierre el destacamento. Logramos
presionar al intendente de La Matanza para que
tomara la decisión política de cerrar ese
espacio”, cuenta.
Desde el día en que desapareció Luciano el
colectivo viene luchando para que se cierre el
destacamento –paradójicamente creado para
garantizar la seguridad en el barrio- y que en
su lugar se habilite un espacio para la memoria,
un espacio cultural, para la integración y
contención a los chicos de los barrios más
pobres. Un espacio desde el cual darle
visibilidad a la problemática de Gatillo Fácil,
donde brindar contención a las familias y
víctimas.
“Junto a las organizaciones que nos acompañan,
lo inauguramos el 31 de enero de este año, pero
el lugar nunca se pudo utilizar porque había que
terminar con las etapas de investigación. Una
vez terminado todo eso, se supone que tendríamos
que trabajar como se lo hace en los ex centros
clandestinos de detención recuperados, donde
existe participación del Estado, de los
organismos de Derechos Humanos y de los
familiares”, explica, aunque por estos días se
enteraron que, literalmente, los dejaron afuera.
“El Municipio quiere usarlo de una forma que
nada tiene que ver con lo que nosotros queremos
hacer. Cambiaron la cerradura, es el mecanismo
de poder que utilizan sin avisarnos. Igual
nosotros vamos a seguir defendiendo este
espacio”, asegura con firmeza, mirando a su
hijo, el pequeño “pájaro de los andes”, que
lleva su misma mirada, dulce y transparente.
Astu sigue caminando y le abre los brazos al
mundo.
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Publicado en Enredando.
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