Por Aída Albarrán / 11 de Octubre de 2012
UN NOMBRE PARA LA ESCUELA 514
PAÑUELOS Y TIZAS
Con sólo un dedo basta, decía el poeta Miguel
Hernández, un solo trozo de ala podría ser capaz
de alzar el vuelo total de todo un cuerpo. Y así
ocurrió en una escuela rosarina cuando las
Madres de la Plaza 25 de Mayo fueron invitadas a
dar una charla, y a partir de ese momento ya
nada fue igual. Aída Albarrán, maestra y
escritora rosarina, autora y recopiladora del
libro "Relatan las Madres", nos cuenta del
proyecto de darle a su escuela el nombre: Madres
de Plaza 25 de Mayo, propuesto por los propios
alumnos.

La idea de poner el nombre de "Madres de la
Plaza 25 de Mayo" a nuestra escuela tiene pocos
años, pocos años, en relación con la trayectoria
de las madres que han sostenido sus reclamos y
su participación a lo largo de más de treinta
años.
No es casual la mención "nuestra escuela",
porque en este establecimiento construimos un
nosotros que nos une; actuamos y decidimos como
grupo respetando la decisión de la mayoría.
Con el nombre sucederá lo mismo, será el voto de
docentes y alumnos el que permitirá elevar esta
propuesta al Ministerio de Educación; para que
sea posible estamos trabajando en el proyecto
que comienza a tomar forma de una manera
incipiente a partir del año 2008, cuando se crea
la Escuela de Educación Media Nº 514 -todavía
sin nombre- que antes dependía de la Escuela de
Educación Primaria Nº 518 Fray Mamerto Esquiú.
A partir del momento en que se solicita de modo
institucional la necesidad del nombre para el
establecimiento la propuesta va tomando impulso.
No es casual, docentes y alumnos trabajaron
durante años temas referidos a derechos humanos
vinculados con las secuelas que dejó la última
dictadura militar en nuestro país, con el
objetivo de que Nunca Más se produzca un golpe
militar o institucional en la República
Argentina.
Pero el hecho que se convirtió en acontecimiento
e hizo germinar la idea se produjo en ese año
2008 cuando un grupo de Madres visitó la
escuela. Este acercamiento nos permitió
"verlas", es decir descubrir bajo la fragilidad
de su apariencia la grandeza de sus pasos y sus
decisiones.
Sabias por naturaleza -de otro modo no hubiesen
estado en la plaza- sus palabras no se
entretuvieron en detallar las aberraciones de
los dictadores, ni ahondaron en el dolor
individual; privilegiaron la vida, la esperanza
puesta en los jóvenes, mostraron que sólo con
paciencia, solidaridad, espíritu gregario,
convencimiento y dignidad se puede modificar el
olvido para transformarlo en memoria, y optar
por el camino de la justicia sin hacer justicia
por mano propia.
Las Madres son un símbolo, a nivel mundial, de
la lucha por los derechos humanos y de la
resistencia durante la última dictadura, este
hecho nos enorgullece, pero un símbolo a veces
nos aleja de lo contingente: la espera, el
sufrimiento, las alegrías; durante sus visitas
-porque este año regresaron a la escuela- el
símbolo se colmó de vida y la historia fue
presente.
Quienes han propuesto este nombre, "Madres de la
Plaza 25 de Mayo", están convencidos de que es
un merecido reconocimiento a este grupo de
mujeres que en Rosario, alejadas de las luces de
Capital Federal y de los grandes medios de
comunicación, sin recibir ninguna subvención ni
apoyo económico, sin tener local propio ni
contar con la adhesión de la mayor parte de la
ciudadanía, se arriesgaron primero para saber
que había pasado con sus hijos, y después para
hacerlos presentes en la ronda, el espacio
privilegiado de verdad, memoria y justicia.
El nombre es una manera de preservar para las
generaciones futuras el significado y la
vigencia de su lucha.
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Imagen: https://sites.google.com/site/eem514madredeplaza25demayo
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