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Grupo Editor / 7 de Septiembre de 2012
LA HISTORIA DE LAS MADRES
CADA VEZ MÁS LOCAS

El 24 de marzo de 2006, Darwinia Gallichio, Madre y Abuela de pañuelo blanco, trazó de cara a las 30.000 personas que acompañaron la marcha un recorrido por parte de su historia íntima, hecha colectiva. Un mapa que cruza impunidades y resistencias, avances y deudas, esperanzas y proyectos colectivos inconclusos. Reproducimos aquel discurso completo. Un texto profundamente político y, al mismo tiempo, poético.


Audio: Darwinia Gallichio - Marcha del 24 de marzo de 2006



Madres y Abuelas de la Plaza 25 de Mayo agradecemos profundamente la invitación a participar de este acto de repudio al golpe de Estado que se produjo hace 30 años, al genocidio practicado por el gobierno militar y a la devastadora política económica y social ejecutada por la dictadura.

Por supuesto que, a 30 años del golpe genocida, no queremos olvidarnos de quienes alentaron, coordinaron acciones, gobernaron, se beneficiaron y bendijeron las acciones criminales que organizó la junta militar. No debemos olvidarnos del decreto presidencial que ordenaba el aniquilamiento de la llamada subversión y que fue firmado en el año 1975 por Isabel Martínez de Perón, Italo Luder, Carlos Ruckauf y Antonio Cafiero, entre otros. No debemos olvidarnos de Alberto Natale y Rafael Martínez Raymonda, de los empresarios que como los Macri crecieron al paso de la dictadura y colaboraron fuertemente con los genocidas. No nos olvidamos de Mariano Grondona, Bernardo Neustad y Evaristo Monti, que -entre otros- fueron y son pluma y voz de los genocidas. Tampoco debemos olvidarnos del rol de la iglesia, que no solo apoyó al gobierno de facto sino que aportó religiosos a las sesiones de tortura.

Aún no hemos escuchado palabra alguna de arrepentimiento o autocrítica por parte de la Iglesia, sabemos que resolver estas cosas lleva su tiempo (pasaron 500 años para que el Vaticano reconociera su error con Galileo) pero el pueblo argentino necesita la verdad y la Iglesia tiene que admitir con vergüenza y honor que en un lapso de esta historia abandonó a sus corderos y se fue de caza con los lobos. Las Madres y Abuelas somos mujeres de fe y pedimos a Dios que ilumine a las autoridades de la iglesia católica con su eterna bondad, sabiduría y justicia para que con valor levanten la piedra en el camino.

Las Madres y Abuelas comprendemos hoy mucho más el compromiso y la lucha de nuestros 30.000 hijos.
Hoy observamos con profundo dolor como se han proyectado los valores que impulsaron a la dictadura militar, en nuestros días. La economía de mercado es el espacio donde los poderosos son cada vez más fuertes, y los humildes cada vez más pobres.
En los últimos 30 años han crecido la desigualdad, la injusticia, la impunidad, el desempleo, la deuda externa, la mortalidad infantil, el empobrecimiento, la inseguridad, la entrega de nuestra soberanía, las nefastas privatizaciones y la concentración de nuestras riquezas.
Aún continúa la impunidad en nuestro país. Siguen sueltos muchos genocidas, continúan ostentando impunidad los sectores del poder en las distintas provincias extendiendo ese legado a sus hijos quienes juegan a matar a los pobres de nuestro pueblo.
Hay un manto de impunidad cuando se roza la médula del poder político y económico en nuestro país. Contra eso debemos luchar denodadamente, ir a las causas de la impunidad, buscar el fondo de la cuestión.
Las cárceles argentinas están llenas de pobres. Nadie nace delincuente, es un problema de la sociedad que generan las políticas de gobierno. Contrariamente, vaya uno a saber porqué, nunca llegan a la cárcel los delincuentes y criminales vinculados a los sectores de poder y mucho menos los que se han enriquecido en funciones de gobierno.

Las Madres y Abuelas queremos reconocer públicamente que por primera vez, en estos 30 años, hemos sido recibidas y escuchadas por un Presidente de la Nación.
Agradecemos al Presidente Néstor Kirchner su compromiso con la causa de las Madres y Abuelas.
Hemos avanzado bastante pero aún falta mucho por resolver. Aún nos resta encontrar a más de 400 nietos. Queremos ver en la cárcel hasta el último cómplice de la dictadura genocida.

Nuestros hijos lucharon por un mundo mejor y hoy se hace más necesario aún continuar con esa lucha.

Compañeras y compañeros: han pasado 30 años del terrible golpe de Estado. Y a nosotras también nos han pasado 30 años. 30 años que nos cambió la vida.
Éramos simples mujeres, madres y abuelas. Trabajadoras, amas de casa; con costumbres, sueños y esperanzas que nos fueron amputados. Nunca nos pensamos hablando en actos para repudiar el golpe y reclamar y recordar a nuestros hijos.
Las Madres y Abuelas no nos creemos valientes pero sí sabemos que no somos cobardes.
En momentos en que nuestro movimiento popular se replegaba por el avance de las fuerzas genocidas, las Madres y Abuelas salimos, con mucho temor pero con la convicción de que no quedaba otro camino, a confrontar con la dictadura para reencontrarnos con nuestros hijos y nietos. Aún seguimos luchando por ello.

Sería injusto hacer nombres, porque seguramente nos olvidaríamos de algunos, pero queremos agradecer a todos quienes nos han acompañado durante estos años.
Hemos perdido en este año a entrañables compañeras y compañeros.
Irma Martínez, que no dejó jamás de alentarnos con su incansable alegría. En algún lugar del espacio, en este mundo, estará siguiendo con entusiasmo los cambios históricos que han comenzado en su Bolivia natal.
Elenita Belmont, nuestra querida poetisa, sus poemas y su amor siguen vivos y seguirán estando junto a nuestra lucha.
Nuestro querido compañero Rubén Naranjo, tan importante, tan distinguido, que fue uno más entre nosotras.

Las Madres y Abuelas de la Plaza 25 de Mayo estamos “viejas y cada vez mas locas”.
Viejas pero no cansadas de luchar y resistir hasta nuestro último aliento. No abandonaremos la lucha y la resistencia.
Seguiremos militando con loca pasión, con la locura de toda mujer que le han robado lo mas preciado. Locas de esperanza cuando vemos que hay cambios en nuestra América, que Cuba no está sola, que Venezuela se afirma, que Bolivia hace historia, que Brasil lucha, que Uruguay se llena de esperanza, que nuestra Argentina comienza a levantarse, que toda América morena construye sueños demorados y reprimidos. Que el gendarme del mundo no puede ocultar su crisis terminal y sus nefastas mentiras y que en nuestro país, en Mar del Plata, comenzó a sufrir la derrota más importante de este siglo en nuestro continente.

Compañeras y compañeros: para despedirnos queremos dejarles un poema de nuestro querido compatriota, latinoamericano y caribeño, Mario Benedetti, al que llamó No te rindas.

No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje,
perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros, y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo.
Porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto, recuperar la risa,
ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos.
Desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas.
Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo.
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Muchas Gracias
Madres de Plaza 25 de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo de Rosario

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Imagen: Archivo Alapalabra

 
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