Por Jorge Cadús / 16 de Agosto de 2013
VILLA CONSTITUCIÓN Y LA REPRESIÓN DE 1975
UNA MEMORIA ANDANTE
Acindar, José Alfredo Martínez y Lista Marrón
son nombres propios que forman parte de la
historia tejida desde Villa Constitución, a
orillas del Río Paraná. Una crónica que pone a
la ciudad como mapa de una pelea cotidiana en la
que los trabajadores supieron marcar a fuego sus
mejores rasgos; los rastros de una identidad
propia, modelada de rebeldías y dignidades, que
resistió cárcel, tortura y desempleo. Al mismo
tiempo, la crónica de una región que fue campo
de ensayo desde donde se proyectaron a todo el
país las prácticas del terrorismo de Estado,
antes aún del Golpe de 1976; y la
flexibilización laboral, en los inicios de la
década del 90. Y también una historia que hace
que en las primeras décadas del nuevo siglo,
Acindar siga marcando la vida cotidiana de los
habitantes del sur santafesino. Hace varios días
atrás, ocho dirigentes gremiales que
sobrevivieron a la represión presentaron una
denuncia en Tribunales Federales de Rosario para
que se investiguen y juzguen esos hechos; al
tiempo que exigen que se determine la red de
participación y complicidad de civiles con el
terrorismo de Estado.
Audio: Victorio Paulón - Dirigente Central de
Trabajadores Argentinos
LA DENUNCIA Ocho ex dirigentes gremiales de la seccional
Villa Constitución de la Unión Obrera
Metalúrgica (UOM) presentaron el pasado 26 de
julio en los Tribunales Federales de Rosario un
escrito para que se investiguen los secuestros y
crímenes ocurridos en esa ciudad del sur
santafesino a partir del 20 de marzo de 1975, y
durante la última dictadura militar.
La denuncia judicial está impulsada por Victorio
Paulón, Zenón Sánchez, Agustín Luna, Cátulo
Bogado, Miguel Alberto Simonovich, Luis Aliendro,
Juan Actis y Roberto Justo Martínez, integrantes
de la mítica Lista Marrón de la UOM Villa
Constitución, que a fines de 1974 ganó la
conducción de la seccional sindical de los
metalúrgicos desplazando a "la burocracia".
Patrocinados por Gabriela Durruty -abogada de
Familiares de Desaparecidos y Detenidos por
Razones Políticas- los militantes piden en el
escrito a la Unidad Fiscal de Derechos Humanos
de Rosario que se investigue la represión del
movimiento sindical durante aquellos años
Al mismo tiempo exigen que se investigue la red
de participación y complicidad de civiles con la
represión.
Más de 300 trabajadores fueron encarcelados
entre el 20 de marzo de 1975 y el 24 de marzo de
1976 en Villa Constitución. "Otros padecieron el
exilio aún después de ser liberados. Más de mil
metalúrgicos perdieron el empleo al finalizar la
huelga y decenas de ellos debieron abandonar la
ciudad amenazados por comandos de la Triple A",
precisó Durruty.
Y añadió que "hubo más de 30 compañeros
asesinados entre 1975 y 1976, la mitad por la
Triple A y el resto por la dictadura militar. La
única diferencia para sus deudos fue el derecho
a sepultar los despojos mortales en la etapa
democrática".
Gabriela Durruty advirtió también que “la nota
distintiva que tiene esta causa es que se
evidencia más que nunca la complicidad civil”,
debido a que la denuncia apunta contra los
directivos de la empresa Acindar, quienes
prestaron sus instalaciones para montar un
centro clandestino de detención. Y aclaró que
“en ninguna causa por delitos de lesa humanidad
hay civiles indagados, son las deudas que
tenemos que profundizar en lo que se refiere
tanto a la responsabilidad eclesiástica como
empresarial”.
EL OPERATIVO SERPIENTE ROJA DEL PARANÁ
El 19 de marzo de 1975, el gobierno de María
Estela Martínez de Perón anunció por medio de un
comunicado de prensa que los organismos de
inteligencia habían detectado "un complot
subversivo tendiente a paralizar la actividad
industrial, con epicentro en Villa
Constitución".
A las 4 de la mañana del 20 de marzo, las
"fuerzas combinadas de seguridad" inician el
llamado "Operativo Serpiente Roja del Paraná".
El diario La Capital, de Rosario, reflejará en
sus titulares del día siguiente que se
realizaron "Sesenta procedimientos desde norte
de Gran Buenos Aires hasta San Lorenzo".
Allí se relata parte de la crónica de lo
sucedido: el rastreo llevado a cabo por
uniformados con ropa de fajina, con el apoyo de
helicópteros, en el barrio rosarino de La
Florida; los procedimientos en Puerto General
San Martín, en Granadero Baigorria, en Campana,
San Pedro, Zárate, Baradero, la requisa casa por
casa en San Nicolás. La represión alcanza a
varias fábricas del cordón industrial: en John
Deere, Hanomag y Galizia Bargut, de la localidad
de San Lorenzo, son detenidos dirigentes y
activistas obreros.
En ese marco, Villa Constitución es sitiada por
las fuerzas represivas. Cuatro mil efectivos de
las llamadas "fuerzas conjuntas", más 500
matones a sueldo y grupos de la Juventud
Sindical Peronista (JSP), fundada por José
Ignacio Rucci, tomaron la ciudad.
Una caravana de un kilómetro y medio, compuesta
por Ford Falcon, patrulleros y celulares.
Fuerzas "legales" y acciones clandestinas de la
Triple A.
Más de 300 obreros fueron encarcelados. Otros
secuestrados, torturados y asesinados.
Los miembros de la Comisión Directiva de la
seccional de la UOM caen detenidos (a excepción
de Luis Segovia) y son alojados en la Jefatura
de Policía de Rosario. También es detenido el
secretario general de la Unión Ferroviaria de
Villa Constitución, Carlos Sosa.
La represión instalada en marzo del 75
continuará vigente, y se profundizará durante
los largos años de la dictadura militar.
Villa Constitución sumó una treintena de
militantes desaparecidos y asesinados.
Acindar será el botón de muestra de la represión
para la domesticación, del ajuste pagado por el
cuerpo de los trabajadores: de los 6.672
operarios de la firma a mediados de la década
del 70, para 1981 conservaban sus puestos
laborales solamente 4.794 obreros metalúrgicos.
Para finales de la década del 90, sumarán apenas
2.300 operarios.
El dirigente Victorio Paulón, protagonista de
aquellas jornadas de persecución y resistencias
y uno de los denunciantes, consigna que "Villa
fue un campo de ensayo de lo que después se
aplicaría en todo el país. La actividad de
Acindar, Ford, y otros tantos grupos económicos
está íntimamente ligada a la política empresaria
de reprimir al conjunto para aplicar un modelo
económico".