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Por Andrés Sarlengo / 19 de septiembre de 2013
A 14 AÑOS DEL ASESINATO DE CLEMENTE
PARRESÍAS DE SEPTIEMBRE

Parresía es una palabra extraña. Dicen los que saben que proviene del griego, y que en sus orígenes significaba "todo discurso". Con esa palabra se nombraba a aquellos que con valentía tenían la libertad de decirlo todo. Ese decir con franqueza es un modo de vida, una manera de estar en este tiempo, en este mundo. Y no sólo eso: aquel que todo lo dice con sinceridad, dice también la verdad. La pura verdad. Como nuestras Madres, Ana Braghieri ejerce esa manera de estar. Esa condición de vida. Ana es la madre de Clemente Arona. Hace catorce años, en septiembre de 1999, Clemente fue asesinado por efectivos de la policía provincial. Desde entonces, Ana marcha por las calles de Venado Tuerto. La misma ciudad que ha escrito parte de la crónica roja regional a partir de figuras como las del ex-obispo Mario Picchi, o el desaparecido Banco Integrado Departamental. Desde esa ciudad atravesada por impunidades y resistencias que el próximo 22 de septiembre recordará el asesinato, Ana Braghieri dice: "yo no reclamo justicia. Yo denuncio la falta de justicia".




Cada septiembre Venado Tuerto es memoria. No por sus historiadores, docentes o dirigentes; sino por una mujer que clama justicia desde hace 14 años.
Ana Braghieri y su parresía. Sus verdades dichas con dureza.
Desde abajo y contra el asesino de su hijo Clemente: el Estado y sus policías.

A Ana la conocí en la plaza San Martín cuando un día en un acto político me acerqué a ella para darle un ejemplar de mi publicación, Contrapuntos. Con voz cordial y gesto fraterno me dijo que le agradaba juntar ese “tipo de papeles”. Y miren si es así, que ambos extrañamos su salón de calle Sáenz Peña, cuasi un refugio de imágenes, fotos, carteles, “papeles”, diarios y videos de rebeldías y esperanza. La estampa de Clemente se mezclaba con frases y propuestas de Allende, el Che, Walsh y cientos de noticias de “gatillos fáciles” y homicidas perversos.
Quién quiera conocer la verdad del crimen sobre Clemente que le pregunté a Ana sobre sus matadores. O a René y Lucas.
Desde hace 14 años, cada viernes y cada setiembre Ana camina con su parresía de la mano.
Mientras el criminal exista ella anda, ella se mueve en una ciudad quieta, fría (hasta en verano), ansiosa de consumir y no de pensar y soñar que otra sociedad es posible y necesaria.
Ana con sus denuncias nos anticipó que Lucas Oro y Gastón Teglia son causalidades y no mero azar. Pero nadie atendió sus explicaciones. Más de uno le exclamó: “Vieja loca”.

Venado Tuerto es soja, multinacionales, boom inmobiliario y su contracara: cientos de pibes y jóvenes que viven sin proyecto alguno, y por lo tanto, pueden matar-matarse como si nada. De semejante desigualdad (y genocidio encubierto) también Ana nos habla reiteradas veces… Espero podamos considerar sus palabras.
Septiembre es memoria en las calles de la ciudad.
No por los historiadores, docentes o dirigentes. No.
Es memoria porque Clemente Arona así lo exige.
Y Ana lo desea y proclama su parresía.

Porque somos lo que hacemos (y decir es nuestra manera de hacer, escribió José Martí), el domingo 22 de setiembre desde las 15,30 hs estaremos allí, en la Plaza San Martín, en Venado Tuerto.
Junto a Ana y los suyos: alimentando la pedagogía de la lucha y la solidaridad.
Si el asesino aún vive –el Estado neoliberal y sus policías- hay “Clementes” en peligro.
Depende de nosotros qué caminos podamos construir.
Libres y democráticos. O autoritarios y suicidas.
Depende de nosotros.

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Imagen: Archivo.







 

 
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