Por Grupo Editor / 09 de Octubre de 2013
ELVIRA FINSTERWALD, PRESENTE
EL PUEBLO LAS ABRAZA
De repente, la historia nos sigue sorprendiendo,
desde el propio enigma de la energía creadora
brotando en la más profunda tristeza. Y no
resulta fácil sumergirse en esos años con olor a
libros ardiendo en las hogueras, y tan solo
imaginar la valentía, el coraje de ponerse de
pie. En la noche larga del terror, entre las
ausencias y el despojo planificado, un grupo de
mujeres supo sobreponerse como nadie para
trascender las historias personales e iniciar
junto a otros familiares una búsqueda colectiva,
nombrando las tres palabras prohibidas:
Aparición con Vida, que también anticipaban las
historias no escritas. Elvira Finsterwald es una
de las protagonistas de aquella búsqueda inicial
que germinó tiempo después en el movimiento de
las Madres de la Plaza 25 de Mayo de Rosario. El
domingo muy temprano nos llegó la noticia de su
partida. La voz en el teléfono contaba que
Elvira venía con serios problemas de salud y su
corazón ya no pudo resistir. Así los recuerdos
traen la certeza de que sigue siendo
insuficiente el abrazo que como sociedad debemos
a estas mujeres que siguen girando, cada jueves,
en la Plaza 25 de Mayo, dando cuerda al
universo.
Audio: Elvira Finsterwald / Madre de Plaza 25 de
Mayo
ODISEAS Hace muy pocos años, el 20 de octubre de
2009, fue realizada con Elvira la entrevista que
formaría parte del documental "Arderá la
Memoria". Un trabajo colectivo que surgió con la
idea de abrir una ventana hacia la historia de
las Madres de Plaza 25 de Mayo, con los relatos
dichos en primera persona, por ellas mismas.
Entre la emoción y el desgarro, Elvira nos habló
de su hijo, Orlando Finsterwald, quien fue
secuestrado y desaparecido a la edad de 22 años,
el 17 de febrero de 1976, en la ciudad de Santa
Fe. Orlando, a quien llamaban "el Polaco"
militaba en la Juventud Universitaria Peronista
(JUP) en la facultad de Ingeniería de Rosario y
siguió tiempo después en el Partido Peronista
Auténtico y Montoneros.
Previamente al golpe de Estado del 24 de marzo
de 1976, Elvira nos cuenta que Orlando ya había
sufrido un secuestro y había sobrevivido en
forma milagrosa cuando una patota de extrema
derecha intentó asesinarlo, en 1975.
-El terror lo hemos vivido mucho antes de la
dictadura, con la Triple A -señala Elvira, y nos
cuenta de la cacería que se anunciaba, y sería
terriblemente más grande.
-Fue una odisea criminal -aseguró Elvira, y
entre el desgarro y la emoción contó los
pormenores de una búsqueda que recorrió
cuarteles, juzgados, pasillos como laberintos y,
sobre todo, iglesias.
Al igual que Nelma Jalil, Ángel Seggiaro y otros
tantos, Elvira fue víctima de las mentiras y
falsas expectativas que surgían de lo que
aseguraban y prometían los hombres de sótano y
sotana.
En el fragmento que aquí reproducimos de aquella
entrevista de octubre de 2009, Elvira
Finsterwald da cuenta fundamentalmente del rol
de la Iglesia, que si bien tuvo muchos hombres
dignos y valientes como Santiago Mac Guire o
Juan Carlos Arroyo, la propia sede del
Arzobispado rosarino estaba plagado de mentiras
y velos de muerte.