Por Pablo Álvarez / 28 de Noviembre de 2013
ESCUELAS MEMORIA
LOS FRUTOS DEL NARANJO
Dicen que las casualidades no existen y, a
veces, la historia lo confirma de manera
contundente, como sucedió esta semana en una
escuela del sudoeste rosarino que hace algún
tiempo funcionaba como anexo de la Escuela de
Educación Orientada N° 514 Madres de Plaza 25 de
Mayo. Con la apertura del tercer año llegó la
independencia y el sueño de llamarse con un
nombre alumbró un nuevo nacimiento: La Escuela
de Educación Secundaria Orientada N° 513 dio a
conocer esta semana su decisión de llamarse
Rubén Naranjo. No es casualidad. Desde algún
lugar del universo Rubén ha regresado, y lo hizo
de la mano de las Madres, entre campanas,
pizarrones y tizas.
Audio: Elsa Massa y Norma Vermeullen - Madres de
Plaza 25 de Mayo
-El Naranjo que era en flor hoy es Naranjo en
semilla, dijo el comunicador y periodista Julio
Vacaflor, quien montado en su cámara de grabar,
filmar y fotografiar, tomaba testimonios de una
mañana memorable y emotiva.
Rubén Naranjo es hoy el nombre de una escuela
rosarina, y no podía ser de otra manera. Porque
Rubén ha sido, y es, el nombre de muchos
nombres, así lo conocimos, como el maestro
portador de muchas voces, que nunca habló de sí
mismo ni de su historia personal, sino de sueños
colectivos.
Testigo y protagonista de la historia, Rubén
daba cuenta de las experiencias de lucha que
marcaron a fuego nuestra historia y las que aún
vendrán.
Corría el año 1990 cuando en la facultad de
Ciencia Política de Rosario, en la carrera de
Comunicación Social, vimos llegar al profesor de
Taller de Radio, muy asustado por la charla
debate que se anunciaba en el salón contiguo.
Faltaban pocos minutos y la presencia de uno de
los oradores asustaba al periodista y docente.
-Está Rubén Naranjo -decía el profesor, y
advertía -No saben lo que es...
Después asistimos a la charla y el salón
contiguo no era tan rojo ni sedicioso como lo
imaginaba el asustado profesor, que daba el
taller de radio desconfiando de las palabras que
dijeran mucho de verdad.
Así fue siempre, desde que lo conocimos. La voz
de Rubén era desconocida en los claustros,
estamentos oficiales y grandes medios, pero
siempre estaba en la calle, acompañando a las
Madres en la Plaza desde la noche más oscura, y
ejerciendo la docencia en los barrios más
empobrecidos de la ciudad.
-Tuve la oportunidad de ser invitado por la
Asociación Chicos, para trabajar con ellos, y
ello me ha enriquecido enormemente- contó el
propio Rubén, quien trabajó hasta el final de
sus días en la construcción de espacios abiertos
de educación popular.
A partir del enorme trabajo de recopilación del
periodista Matías Ayastuy, junto a Marina
Naranjo, gran parte de los testimonios de Rubén
pueden ser hoy visitados en el sitio
www.rubennaranjo.com.ar donde su propia voz
expresa una clara concepción sobre la educación
y los pibes:
-No doy ninguna clase teórica. Nunca expliqué
nada. Los motivo. Llego a preguntarles qué
hiciste,
dónde anduviste este fin de semana, te gusta el
río, pescar, fuiste a la cancha,
viste el partido, jugaste, oíste cumbia...
Yo no sé dibujar. No sé, dicen todos. Sí, sabés.
Empecemos! Aquí no hay calificaciones, nadie
aprueba nada.
Con el tiempo toman confianza y surgen los
dibujos. Para ellos son muy importantes, porque
es lo único que tienen en propiedad. Trabajan
con nosotros en la Casa, tenemos nuestro
horario, nuestro día. Dibujan, los dejan, los
guardamos en cajas. Quedan en la Casa porque la
mayoría de los chicos no tienen adónde llevar
sus dibujos. No tienen lápices, no tienen nada.
Hace 37 años el terror instituido destruía uno
de los mejores proyectos de educación popular de
nuestra historia. Con la intervención en la
Escuela Vigil se había quemado gran parte de la
memoria de nuestra ciudad.
Rubén Naranjo fue un sobreviviente que nunca se
rindió, que trajo nuevamente las voces de
aquella experiencia colectiva en su
extraordinario trabajo divulgador, señalando con
nombre y apellido a los verdugos.
La voz de Rubén sigue muy lejos de los altavoces
de la comunicación oficial, pero la memoria,
como él mismo dijo, sabe esperar, y hoy una
escuela rosarina decide llevar su nombre,
producto de la elección participativa de su
comunidad educativa entera, docentes, no
docentes, padres y especialmente de su alumnado,
quienes decidieron realizar el acto de
imposición del nombre un 27 de Noviembre, fecha
en la que Rubén habría cumplido 84 años.
Como en la Plaza, como cada Jueves junto a las
Madres, Rubén seguirá estando. Lo sentiremos
llegar a lo lejos con su paso inconfundible y un
abrazo repartido y cálido. Rubén vuelve siempre
en cada historia que lo nombra, en cada amigo
que lo convoca y en la resistencia permanente
del pueblo.