Por Grupo Editor / 04 de Octubre de 2013
INCENDIO EN LA SEDE DEL MEDH
UN MENSAJE BRUTAL
Cuatro mil libros terminaron quemados el último
27 de septiembre en el incendio intencional de
la sede del Movimiento Ecuménico por los
Derechos Humanos. Una biblioteca entera
incinerada en el altar de la Iglesia Evangélica,
ubicada en San Lorenzo y Callao, en Rosario.
Como escribió el periodista Carlos del Frade,
"un mensaje brutal: quema de libros en el
interior del menos mediático de los organismos.
Una señal a contramano de los treinta años de
democracia, bien cerca de un nuevo 8 de octubre,
fecha en la que se cumplirán 29 años del robo a
los Tribunales provinciales rosarinos, donde no
solamente se perdieron las identidades de los
represores vinculados al Ejército y la policía
Federal, sino también los balances de las
grandes empresas que fueron los titiriteros del
genocidio en el sur de la provincia".
Reproducimos la carta del obispo emérito
Federico Pagura, difundido el día siguiente del
atentado.
HEMOS DE TRIUNFAR / Por Federico Pagura
Cuando me llegó la noticia del incendio cuyo
dudoso origen aún no ha sido esclarecido, de la
vieja, casi histórica iglesia Norte
perteneciente a nuestra Iglesia Evangélica
Metodista en la esquina de San Lorenzo y Callao,
mi espíritu se rebeló dentro de mí, recordando
nombres preciosos de personas que durante mis
noventa años de vida, pasaron por ese santuario
y sus aulas…
Pero Dios que me acompañó en momentos álgidos de
mi vida y ministerio, pronto transformó mi pena
y rebeldía en un sueño que sacudió una de mis
tantas noches de fatiga y desvelo.
Ese templo debía transformarse en una señal de
vida y esperanza, también para esta generación.
Y vi entonces que nuestras iglesias ecuménicas
que en tiempos de la cruenta dictadura que asoló
y ensombreció nuestra nación hace más de treinta
años y nos desafió a crear el Movimiento
Ecuménico por los Derechos Humanos, en cuyos
trabajos y luchas participaron desde el Obispo
Novak en Quilmes, hasta el Obispo Gattinoni y
sus sucesores en todo el país, junto a tantos
otros y otras que entregaron lo mejor de sus
vidas, en esos tiempos de terror.
Las autoridades de mi iglesia y de otras
confesiones, comprendieron mi visión y aceptaron
entregarnos ese predio para que desde ese rincón
nuestras iglesias continuaran su interminable
combate en defensa de la vida y de los más
excluidos y descuidados de nuestra sociedad.
Pues bien, así como el miércoles 25 yo había
sido conmovido por las impresiones y reflexiones
del periodista Coco López sobre la múltiple
tragedia del Medio Oriente, y el jueves 26 por
las denuncias de ese otro gran periodista
Horacio Verbitzky, que tanto ha escrito sobre
nuestra realidad argentina y latinoamericana, el
viernes 27 me sentí sacudido con la triste
noticia del incendio de la nueva sede de nuestro
MEDH, uno de cuyos principales dirigentes, el
profesor Lupori será justamente homenajeado el
próximo miércoles en la Legislatura Santafesina.
Este lamentable incendio vuelve a abrirnos
serias preguntas frente a nuestro futuro. Pero
una vez más el Dios creador "fuente de toda
razón y justicia" vuelve a darnos señales
significativas para que no dejemos de soñar y
trabajar para la nueva etapa y que pueda brotar
de las cenizas lo bueno, lo noble, el amor y la
justicia.
En estos mismos días el Concejo de Seguridad de
las Naciones Unidas logró frenar la locura de la
guerra que el imperio más poderoso de nuestra
generación pretendía desatar en Medio Oriente.
Sin percibir que "otro mundo es posible" si
sigue despertando la conciencia de nuestra
humanidad, y sin darse cuenta que mientras ellos
preparaban sus armas para el gran negocio
armamentista… nosotros los rosarinos oíamos en
nuestro Teatro El Círculo el coro triunfante de
la 9º Sinfonía de Beethoven, el sordo genial de
Bohn que sigue cantando para todos los tiempos
"la oda a la alegría", que se suma al "hemos de
triunfar" de ese precioso negro inmortal que se
llama Martin Luther King.
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Imagen: lacapital.com.ar
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