Vienen floreciendo
por Por Matías Díaz y Facundo Toscanini

VESTIGIOS DE OTRO FUTURO POSIBLE

El historiador y periodista Osvaldo Bayer se encontró con las Madres, y los presagios del olvido se desmoronaron. La joven Ana Ramón también unió su voz de niña a la lucha por la reivindicación de la verdad histórica. El resultado es un futuro que se empieza a construir en este presente.

 

 

Desandando antiguos anhelos, las Madres de Plaza 25 de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo de Rosario, encontraron vestigios de un nuevo tiempo, en los ojos de una piba de once años. Acompañando el recorrido de esos sueños, otros se acercaron a la lucha diaria de Madres. Hablaron, y la palabra inventó nuevos futuros a la esperanza cotidiana.

 

Unanimidad


“El asombro mío es de ver a una criatura de 11 años, que haya sido la de la idea de la propuesta de poner nombre a esta calle. Entonces fue muy emocionant
e”. Quien habla es Élida López, Madre de la Plaza 25 de Mayo. Se emociona cuando rememora a Ana Ramón, alumna del complejo educativo Gurruchaga. En el marco de un programa cultural propiciado desde la Secretaría de Cultura de la Municipalidad, esta niña propuso a los ediles homenajear a las Madres de una forma muy particular. Una calle de la ciudad de Rosario llevará el nombre de Madres de Plaza 25 de Mayo. Élida confiesa estar “contenta de pensar que con los años después de tanto andar, va teniendo frutos, en cierta población, toda la lucha nuestra”.
El concejo Municipal fue acorde en su decisión. Se aprueba por unanimidad el proyecto de Ana.

 

Triste orgullo

“Una piba de once años con tan buen criterio. Y todo lo que habló, y todo lo que dijo. Y fue emocionante, porque que nos digan que van a poner una calle acá en Rosario de Madres de Plaza de Mayo, yo la verdad dije: es un triste orgullo”. Esta vez la Madre que amolda vida a las palabras es Noemí de De Vicenzo. Mientras se aprobaba la moción, la joven, familiares de ésta, y Madres formaron un mismo abrazo en el palco del Concejo. Noemí se conmueve. “Ahora los chicos recién vienen, nos conversan, nos preguntan. Y nosotras de acuerdo a la historia que una ha pasado, vamos contando”. Explica el cuidado que hay que brindarle a los jóvenes. “Hay que tener mucha paciencia y delicadeza también. No todos tienen que tener los mismos pensamientos, las mismas ideas de uno, pero sí respetar la situación. A cualquiera le puede pasar”.

 

Satisfacción

“A nosotras nos llena de satisfacción, me sentí muy bien de conocer a esta chica. Que la gente joven, ya de niños, se interesen por esto, a nosotras nos llena de satisfacción. Ella después compartió el palco con nosotras, mientras leíamos cómo había sido presentado el proyecto y la resolución del Concejo. Yo me enternecí, le di un beso, porque es la sangre nueva que viene, la que va a reemplazar. Nosotras hemos reemplazado a nuestros hijos. Y a nosotras, ya viejas, nos tienen que reemplazar estas generaciones que vienen floreciendo”. Elsa Chiche Massa, la mujer que lleva el pañuelo blanco en su cabeza, define que Madres es un lugar de encuentro, más extenso, que la ronda de cada jueves. Es “una lucha pacifica, pero firme, sostenida, por conocer la verdad histórica y pedir juicio y castigo a los culpables”.

 

Bayer

“Tenemos tanto para descubrir y desmentir”, había afirmado el historiador Osvaldo Bayer, unos días antes, durante el Pre-Encuentro Nacional de Estudiantes de Comunicación. Fue el día miércoles 14 de septiembre, en un panel que integraron el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Santa Fe, el Colectivo realizador “Darío Maxi: Dignidad piquetera”, y periodistas de la Revista Alapalabra. Jóvenes estudiantes colmaron el salón. Y la voz rasposa de Bayer que continúa: “Los que estudian historia, tienen que estar en la calle. Conocer al ser humano, tienen que conocer cómo son las luchas”. Habla de luchas, y las Madres observan. Sombras de genocidas agrian las palabras. Julio Argentino Roca aparece. “Roca, el genocida. El hombre que siempre habló de los salvajes, mientras San Martín hablaba de nuestros paisanos los indios. El presidente que se enriqueció con la campaña del desierto”. Los silencios se escapan en la memoria del historiador. “Me metí con aquello que había silenciado la historia. Con esa historia épica que tiene nuestro movimiento obrero, el de la lucha por las ocho horas de trabajo. Esos primeros gremios que en el año 1887 empiezan con la lucha de las ocho horas de trabajo. Y logran las ocho horas, gremio tras gremio. A qué hemos llegado nosotros ahora. ¿Dónde se cumplen las ocho horas?. Es épico. Y por eso Roca, después que termina con los indios, empieza con los obreros. Esto nunca se ha escrito”. Nunca se ha escrito. Pero Bayer lo está contando. “En el sentido de la democratización no se ha logrado nada, se ha jugado con la historia, se ha jugado con el nivel social en la información. Tenemos en el diario Clarín 14, 12 páginas de fútbol. Y sobre los derechos humanos nada. Del hambre de la gente nada”.
El final exacto del encuentro quiebra los designios de un país. Dice Bayer: “No hay democracia cuando hay gente que no tiene trabajo, cuando hay gente que padece hambre, cuando hay niños desnutridos. Eso no se llama democracia, aunque cada cuatro años podamos elegir entre Chiche y Pirucha. Está en ustedes, en gran parte, luchar por esas libertades, luchar por esas justicias, luchar por esa solidaridad. No se puede vivir viendo todos esos espectáculos”.

 

Generaciones

Hamlet Lima Quintana afirmaba que "La voz de los pueblos venciendo el dolor, empuja a esta tierra a parir una flor". Los versos del poeta apuntalan estas palabras en las horas que hace tiempo deambulamos.
Ana Ramón es una nena de once años. Su lugar de estudio es el complejo educativo Gurruchaga, de la ciudad de Rosario. El anhelo que la anima a soñar es ser periodista. Esta piba tuvo una idea: bautizar una calle rosarina con el nombre "Madres de Plaza 25 de Mayo". La propuesta surge cuando advierte que en Holanda existe una calle que lleva el nombre de Madres de Plaza de Mayo. Al instante todo su curso escolar apoya aquél propósito. Una vez que la idea llega a la Municipalidad, se acepta por unanimidad. El proyecto de esta alumna se aprueba en el Concejo Municipal.
Las Madres aseguran que es otra generación que brota, y que inicia un mundo aventajado y mejor. Las flores se adivinan en las miradas de los pibes, en sus sonrisas que contagian esperanzas. Elenita Belmont, otra enorme derrochadora de convicciones y alegrías, hace tiempo le dio existencia a estas certezas. Elena escribió "Creo en esta flor simple que puede ser mi hijo".

 

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