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ROSARIO, JULIO DE 2005. AÑO
II. Nº 9.
Escriben:
. Carlos del Frade
. Antonela Scocco
. Pablo Álvarez
. Jorge Cadús
. Matías Díaz
. Facundo Toscanini
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Editorial
por Madres de Plaza 25
de Mayo
La Corte
Suprema de Justicia decidió anular
las Leyes de Impunidad, que perdonaban el
genocidio realizado en nuestro país
bajo la última dictadura militar. Esperamos
muchos años para esto. Pero no nos
basta. Exigimos que los asesinos estén
presos. Que se los juzgue y condene. Que no
puedan salir pagando una fianza, como lo hizo
Omar Chabán, principal responsable
de la masacre de Cromagnon. A pesar de este
hecho denigrante, los familiares de los muertos
siguen movilizándose, pidiendo justicia.
Entre ellos apareció el Obispo Bergoglio,
pidiendo "memoria", creyendo así
borrar sus tantos años de silencio
mientras sus amigos militares secuestraban
y asesinaban a miles de personas. En Jujuy
se pide justicia para Romina Tejerina, víctima
de un sistema deplorable que le negó
oportunidades de una vida mejor, e hipócritamente
no permite la despenalización del aborto,
cuando miles de mujeres lo hacen en forma
clandestina debiendo pagar fortunas. Se convierte
así una decisión personal en
un negocio para algunos, entre ellos la policía,
que recibe su diezmo por callar. Cerca de
allí, el pueblo boliviano toma las
calles para pedir por sus derechos: indígenas
que luchan por su tierra; mineros que fueron
diezmados a mediados de los 80 perdiendo 25.000
puestos de trabajo, Coyas humillados por los
poderosos, alteños, y otras organizaciones
sociales y gremiales. Reclaman la nacionalización
de los hidrocarburos, una Asamblea Constituyente
y la aceleración del juicio de responsabilidades
por los 60 muertos del 2003. Bolivia tiene
una tradición de protestas políticas
organizadas.
En 1952
fue el primer país sudamericano en
hacer una revolución popular, que nacionalizó
las minas e instauró el Sufragio Universal.
En tanto,
el presidente Kirchner pide apoyo al pueblo
argentino para luchar contra la mafia enquistada
en el poder. Y nosotras lo acompañaremos
en esta lucha. Pero también le pedimos
que esto no quede en palabras. Ya es hora
de cambiar este sistema injusto. No queremos
ver más niños hurgando en la
basura, barrios privados frente a villas de
emergencia. No queremos ver criminales sueltos
ni jóvenes sin educación.
Y tal vez por esas "casualidades"
de que hablaba Julio Cortázar fue un
jueves, el día más importante
para las Madres, el día que nos reencontramos
con nuestros hijos en la Plaza, el jueves
5 de mayo, en que murió Elenita Belmont.
Y nosotras, sus compañeras, y todos
los que siguen insistiendo con la Memoria,
fuimos a la Plaza. Como todos los jueves.
A pesar del dolor de saber que no la íbamos
a encontrar.
Esa tarde se inauguraba
la muestra "28 abriles. Imágenes
de la resistencia". Y nos preguntábamos
qué hacer. José, su hijo, nos
dijo que Elena no hubiese permitido que se
suspenda. Abrimos la muestra sintiendo su
ausencia. Y luego fuimos a despedirla. Sabiendo
que siempre estará con nosotras. Como
está Pardal, su hijo desaparecido.