Cuando
estaba en el exilio en Alemania, y no había
esperanzas de nada, porque todos los partidos
políticos y todos los grandes intelectuales
estaban con la dictadura, leí en un
diario que un grupo de mujeres habían
salido a la Plaza para preguntar qué
pasaba con sus hijos. Allí me dí
cuenta de que el regreso estaba próximo.
Y fue así. Fue para nosotros la gran
esperanza. Con este humildísimo origen
de mujeres llevadas por el sentimiento. Es
el único movimiento que va a pasar
a la historia de la argentina como un movimiento
auténtico de resistencia de abajo.
Y con una gran importancia en el extranjero.
Los argentinos somos los únicos que
cuando las vemos en la Plaza miramos para
otro lado. Yo he visto en tiempos de democracia
a famosos intelectuales que, al encontrarse
con las Madres, cruzan lo más rápido
posible. El pañuelo de las Madres es
un valor que va a quedar para siempre. Éstas
son mujeres de principios. Y los argentinos
necesitamos a veces que nos muestren cómo
deben sostenerse los principios a pesar de
todas las burlas y de todas las persecuciones.
Del documental "Por
los pájaros perdidos". De Jorge
Cadús. 1996.
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