VIBRATO:
ARTE, SALUD Y EDUCACIÓN
Cromagnon,
la inseguridad, la movida del verano, son
hoy los protagonistas de los grandes medios.
Mientras tanto en Rosario existe un espacio
donde los chicos de los barrios humildes en
lugar de empuñar un arma pueden empuñar
algo tan grande, y pequeño a la vez,
como un instrumento musical.
"El
arte de nuestros enemigos es desmoralizar,
entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos
no vencen, por eso hoy venimos a combatir
alegremente nada grande se puede hacer desde
la tristeza".
Arturo Jauretche
El miércoles 4 de
agosto de 2004, Vibrato era nota de tapa de
La Capital, pero pocos rosarinos sabían
qué significaba. Vibrato, coordinado
por la profesora de música Derna Isla
y algo más de diez docentes, es un
espacio que brinda clases de música
y apoyo escolar ad honorem a chicos marginados
por el sistema que viven en las cercanías
de La Siberia. Surge, no casualmente, en el
año 2001 y su nombre completo es "Vibrato,
arte, salud y educación. Programa de
acción social a través de la
música".
Con los ojos llenos de luz, Derna narra por
qué hacer un programa de inserción
social a través de la música:
"me pareció que era un cambio
educativo, era un cambio cultural, un cambio
individual y colectivo. La autoestima iba
a subir, más confianza en sí
mismos, desarrollo de potencialidades. La
música te da mucha disciplina y una
orquesta propone el modelo social, un modelo
social quizás un poco ideal".
El proyecto es autogestionado por los organizadores,
lo cual hace el trabajo más difícil.
Aunque siempre se encuentra latente la esperanza
de tener los propios instrumentos, Derna habla
del esfuerzo enorme que significa conseguirlos
y cuenta que el primer violín que recibieron
como donación fue de una mujer que
nunca quiso darse a conocer.
Desde 2001, dieron las clases de música
en la escuela Nº 57 Juana Elena Blanco
-ubicada en Pasco 457- hasta que las autoridades
de la institución se negaron a seguir
brindando sus instalaciones hasta tanto el
Ministerio de Educación no se hiciese
cargo del trabajo de docentes. Fue cuando
chicos, docentes y padres decidieron contarle
a la ciudad qué era lo que ocurría:
el martes 3 de agosto, en la Plaza López,
chicos entre 9 y 15 años dieron un
concierto de violines y violoncellos, donde
se escuchó el Himno a la Alegría
de Beethoven, que hasta hace poco parecía
estar prohibida para chicos desgarrados por
la desocupación, el delito y la falta
de educación.
Al ser echados de la escuela, fueron a ensayar
a la Escuela Alberdi -Ayacucho al 1500-, pero
desde el Ministerio la orden fue clara: la
única escuela que se va a autorizar
será la Juana Elena Blanco. "Después,
ese día fuimos a la Iglesia del Pilar
y el Padre dijo: sólo por hoy. Cristo,
cuando vivía, no iba a decir sólo
por hoy te voy a ayudar, Cristo no tiene ni
día ni horario", concluye Derna.
Mientras tanto, los chicos seguían
sin un lugar estable donde expresar sus potencialidades
musicales.
Los
sonidos de la resistencia
"Caminando por los pasillos del Asentamiento
o Villa La Siberia, en la precariedad de sus
viviendas se pueden escuchar los sonidos de
un cello o un violín: son los sonidos
de la resistencia y de la pureza de nuestros
niños. Los valores y la decencia de
las familias resultan increíbles ante
la desintegración del tejido social
y la falta de trabajo de sus padres...".
Éste es un fragmento de lo que Derna
envió por mail a todos sus conocidos,
a tres meses del desalojo, cuando la acechaba
la desesperanza. Pero esto no le permitió
abandonar la lucha. Entonces, puso en marcha
el concierto de la Plaza López.
Vibrato no es una utopía. Derna cuenta
que no es el único programa de este
tipo en América: por ejemplo, en Venezuela
tiene una inversión anual de 6 millones
de dólares al año: "Son
chicos de una barriada que terminan tocando
en Milán, en Hamburgo, en cualquier
lugar de Europa. El asistente del Director
de la Filarmónica de Berlín
dijo que el futuro de la música está
en Venezuela", relata Derna, quien tuvo
la posibilidad de viajar a ese país
y entrar en contacto con esta experiencia.
Al
andar se hace camino
Con solo 30 años, Derna dedica su vida
a chicos que apenas conocía y hoy conoce
demasiado. Se ve cansada, pero a pesar de
todo sigue su marcha. Y ese andar constante
ha traído sus frutos. Desde noviembre
del año pasado han vuelto a ensayar
en la escuela y hasta abrieron un nuevo centro
en el Hogar de Huérfanos de Laprida
y Cerrito.
Y las buenas noticias siguen. El proyecto
fue beneficiario de un subsidio de la Secretaría
de Cultura de la Nación destinado a
pagar sueldos a cuatro profesores desde Agosto
a Diciembre del año pasado. Pero Derna
solicitó dividirlo entre siete personas
según carga horaria y responsabilidad,
mientras el resto del equipo sigue trabajando
ad honorem. Además, en un concurso
de la Municipalidad, dirigido a proyectos
para chicos en vulnerabilidad socio-educativa,
fueron seleccionados entre 82 aspirantes.
Por esto recibirán $5.000, con lo que
comprarán instrumentos.
Todo se encamina por buena senda y se avecinan
cambios: "como pretendemos hacer acción
e integración social, habrá
este año chicos de diferente condición
o situación económica, social,
etc. Y al final del año pasado vinieron
tres chicos de escuelas privadas, y dos de
escuelas públicas pero que tenían
más recursos en la casa que los otros
chicos. Esto es muy bueno, pero no todos los
papás son abiertos y permiten que sus
chicos integren una orquesta con otros. Imagináte
que muchos pagan cuotas de colegios privados,
de clubes privados, de barrios privados para
que no se junten los chicos, para que no se
mezclen, para que se muevan en esa selecta
minoría", manifiesta Derna y la
luz de sus ojos brilla más que nunca.
Página Web: www.vibratoenaccion.bravehost.com
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